5 claves para gestionar (como Dios manda) la experiencia de empleado

No hay organización que se precie, especialmente si es del ámbito de los servicios, que no promueva y difunda mensajes y proyectos de mejora relacionados con la mejora de la experiencia de sus clientes. Seguro que ya habéis sucumbido a los encantos de NPS, Journey Maps, Blue Prints u otras técnicas similares y os habéis embarcado en x proyectos de mejora de la experiencia del cliente donde, a veces (matizo, “a veces”) las personas de la organización son, digámoslo así, son sujeto pasivo.

Parece axiomático pensar que será complicado generar una experiencia memorable en nuestros clientes si nuestras personas no disfrutan de una experiencia memorable. En consecuencia, el paso natural sería avanzar en conocer cuáles son, cómo son y cómo podrían ser las experiencias de vuestra gente.

 

Os propongo algunas claves….

 

CLAVE 1. Ten claro qué es experiencia del empleado (o haz que lo tengan otros)

Con la experiencia del empleado no estamos gestionando la prevención de riesgos, ni las políticas o procesos de gestión de personas. Sin duda se trata de ámbitos a ser medidos y mejorados; por ejemplo, con la encuesta de riesgos psicosociales en el primer caso, o con la voz del empleado en el segundo. Ahora se trata de conocer qué aspectos generan emociones positivas o negativas en vuestra gente y crear nuevas experiencias en los momentos clave de su día a día. ¿Sabes aquello que comentas con tus compañeros tomando un café, lo que comentas con tu mujer/marido al llegar a casa?…pues eso es lo que, sin duda, te ha generado una emoción positiva o negativa. Imagina si lo comentarios fueran positivos y “vendes” a tu organización.

El engagement es una consecuencia en el largo plazo que se construye en el día a día.

 

 

CLAVE 2. Traza una adecuada hoja de ruta

Entrar a medir, diseñar y desplegar nuevas experiencias implica, obviamente, desarrollar cambios. Y ante el cambio sugiero ir poco a poco. Selecciona los diferentes colectivos de empleados por cuál empezar y, en éste, selecciona uno de los diferentes ámbitos en los que mejorar su experiencia.

Concreta los pasos, dota de recursos… y a por ello.

 

 

CLAVE 3. Apaláncate en los valores corporativos

Es posible que tu organización no tenga definidas unas competencias clave de sus personas, o es posible que las tenga y se desarrollen con un sistema 4D marca Acme. Sea como fuere, lo que es seguro es que las personas que la conforman actúan con unos valores corporativos (descritos o no, direccionados o no). En este sentido, estos valores representan unos de los pilares en los que se desarrolla la Cultura de tu organización.

Es importante identificar qué experiencia implica para tus personas la aplicación de estos valores; ¿lo tienen fácil? ¿lo pueden hacer siempre? ¿qué “precio” deben pagar por hacerlo? ¿en qué les beneficia su aplicación?

La experiencia de empleados debe ser coherente con la Cultura Organizativa.

 

 

CLAVE 4. Esto no es un proyecto (sólo) de Recursos Humanos 

Mejorar la experiencia implica un enfoque holístico. Raro es el caso en que la experiencia de las personas se resuelve a través de acciones concretas e independientes desde Recursos Humanos. Si, por ejemplo, un ámbito de experiencia a mejorar es la incertidumbre ante una nueva campaña comercial, el cambio en un proceso clave, o el casque de una nueva aplicación, lo más probable es que las soluciones; en otras palabras, el diseño y despliegue de la nueva experiencia, sea cotutelada por Marketing, Organización o Sistemas.

Busca aliados.

 

 

CLAVE 5. Ve poco a poco

Mide la experiencia, crea experiencia y, antes de tirarte al ruedo, despliega en un alcance piloto y mide resultados. Calibra lo que funciona mejor, lo que cambiarían las personas que han probado la nueva experiencia, el impacto que puede tener en la experiencia del cliente externo o en el negocio. En el momento que vaya a presentar la nueva experiencia para su despliegue global te harán la, lógica, pregunta: ¿en qué vamos a mejorar?

Ve despacio, seguro… y con ritmo.

 

 

BOLA EXTRA. Implica y comunica

Haz partícipe a la estructura jerárquica, especialmente a las jefaturas superiores del colectivo de personas sobre el que quieres mejorar la experiencia. No sólo deben conocer la iniciativa, sino que deberían implicarse en todo el ciclo: medición de las experiencias, diseño de las nuevas, su despliegue y seguimiento. Evidentemente estos cambios tienen mucha más fuerza si van acompañados de los correspondientes mensajes que, ya en sí mismos, generarán experiencias positivas y credibilidad (si se cumplen…claro).

Una excelente oportunidad para evolucionar la tradicional función de liderazgo

Acerca de Óscar Gracia Oliván
Socio Cofundador We-iN Empresa de consultoría especialista en contribuir a la diferenciación y competitividad de las organizaciones haciéndolas vibrar impulsando el cambio

4 Responses to 5 claves para gestionar (como Dios manda) la experiencia de empleado

  1. Gabriel says:

    Buen enfoque, Óscar.

  2. Ferran M.G. says:

    Interesante post: en mi opinión, claro, por qué da un guión completo, y casi un plan (que aunque se cita como clave 2, está autocontenido en el propio post), para dar respuesta a la experiencia de empleado.

    Me gustaría hacer alguna aportación:

    Creo que los aspectos tratados deben modularse de forma segmentada dentro de los propios empleados. Me explicaré:

    Si pensamos en las principales palancas que mueven o hacen traccionar a cualquier persona dentro de una organización podríamos encontrar (entre otras):

    – Experiencia/aprendizaje
    – Dinero (obviamente todos trabajamos para obtenerlo, aunque para algunos no es el fin último 😉 )
    – Tiempo/conciliación
    – Vocación de Servicio

    Es decir, hay personas que trabajan puesto quieren obtener un aprendizaje, una experiencia. Otros por que su fin es obtener cuanta más riqueza mejor, otros por que realmente tienen una vocación de servicio en su ámbito de actuación, otros valoran el poder conjugar trabajo con vida personal/conciliación/ vida familiar, … Y muchos tienen combinaciones de todos los factores en diversa medida.

    La experiencia del empleado es muy distinta para un Becario profesional (el que busca el aprendizaje continuo), que para un mercenario (trabaja por dinero), un sindicalista emanzipado (busca que el equilibrio trabajo-conciliación tire siempre hacia la derecha) o un trabajólico (del inglés workaholic).
    Y clasificar qué tipo de empleados tenemos (no ya los que nos gustaría tener) es clave para aplicar un enfoque de experiencia de cliente que pueda funcionar.

    ¿Cómo se debe tener en cuenta lo anterior en todo este proceso de Experiencia de Empleado?
    No soy experto en la materia pero me da, como me enseñaron cuando aprendí algo del modelo EFQM, que tal y como hacemos en 5e para los clientes (cito literalmente del modelo “Segmentan los clientes con arreglo a la estrategia de la organización y adoptan las políticas y procesos adecuados para gestionar eficazmente la relación” y seguiría con el resto de sub puntos) debemos aplicarlo también internamente para los empleados, sobre todo cuanto más grande y diversa sea la organización.

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